Cuando un cazador de la zona oscura tiene la suerte de acceder a una presa, no puede permitirse el lujo de fallar en el ataque. Esta exigencia ha convertido a los peces abisales en criaturas terroríficas. Sus cabezas son desproporcionadas respecto a sus cuerpos, y sus bocas, en muchos casos proyectables y en todos armadas de agudísimos dientes, se abren hasta límites inconcebibles. Todo vale para evitar que la presa escape. Y todo vale para poder digerirla. El llamado pez ogro, Anoplogaster cornuta cuenta con unos dientes que, en proporción a su tamaño, son los mayores entre todos los peces del mar. Algunos cazadores del abismo, como el pez pelícano, Eurypharynx pelecanoides, además de poseer una boca desmesurada, han desarrollado un estómago elástico y deformable que les permite engullir presas tan grandes como ellos mismos. Otros, como el pescador Caulophyrne, cuentan, además, con un sinfín de apéndices a modo de finísimas antenas que recubren su cuerpo y le transmiten las vibraciones del menor movimiento en el agua que lo rodea.
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este es un raro pez que tiene la cabeza transparente, lo curioso es que los dos puntos negros en el frente paresen ser sus ojos pero en realidad son organos olfativos. sus verdaderos ojos estan dentro de su cabeza y son de color verde
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